Siguiendo con el repaso a la temporada lírica que acaba de finalizar en Bilbao (ABAO) comentamos a continuación lo acontecido en la primera representación de la ópera «Il Corsaro» de G.Verdien el mes de Noviembre y la correspondiente a la ópera «´Italiana in Algeri» de G.Rossini en Enero de 2011 con el consabido descanso que se propicia a las producciones en el navideño mes de diciembre.
«Il Corsaro» suponía estreno en Bilbao y resultó muy interesante por la grata sorpresa que fué el barítono Luca Salsi.
«L´Italiana» por su parte, nos hizo sonrerir gracias a l ingenio y al frenetismo impuesto por Emilio Sagi en la escena.
IL CORSARO
“Il Corsaro” de G.Verdi. Reparto: Bruno Ribeiro (t) ; Silvia Dalla Benetta (s) ; Kristin Lewis (s): Luca Salsi (bar) ; Miguel Angel Zapater (b); Alberto Nuñez (t); Giorgi Meladze (t). Coro de la Opera de Bilbao. Orquesta del Teatro Regio de Parma. Dirección de Escena: Lamberto Pugelli. Dirección Musical: Renato Palumbo. Palacio Euskalduna 13-XI-10
El primero en distribuir el botín que contenía la ópera fué el maestro Renato Palumbo, quien ya ha dado muchas suficientes muestras en Bilbao de su capacidad y categoría en la dirección operística. Por si no bastara su presencia, la ejecución musical corrió por cuenta de la Orquesta del Regio de Parma, con quien la batuta de Palumbo tuvo en el año 2007 la directa relación con la producción del Teatro de Parma. Los espectadores bilbaínos tuvimos la suerte de que tres de los intérpretes de la producción de Busseto del año 2008 pudieran comparecer en Bilbao ante la ausencia anunciada del tenor y soprano previstos. Con ello, el barítono Luca Salsi encarnando al Bajá Seid se adueñó del botín de guerra.
La presentación en Bilbao del completo artista italiano fué la grata sorpresa de la representación al cantar su complicado papel con una voz de bello color, buena línea de canto y una gran facilidad en el registro alto. Magnánimo y generoso, repartió parte del botín con la soprano Silvia Dalla Benetta, quien también hacía su presentación entre nosotros. La italiana que hizo de Gulnara, si bien emitía su voz en el registro central con un pronunciado vibrato, luego, al cantar en tesitura alta, adquiría una belleza, potencia, volumen y facilidad admirables. De ahí que tuviera una buena parte del botín conquistado a los corsarios.
La cabeza de estos, el tenor portugués Bruno Ribeiro, otro de los participantes en Buseto, gustó por la brillantez de su voz en la zona alta, dejándonos el buen gusto para escucharle en una nueva ocasión. En cuanto a la actuación de la soprano nortemericana Kristin Lewis resultó anodina por amparar demasiado su voz en los filados y en los piani y que debido a su ininteligible fraseo no obtuvo botín alguno. El Coro de la Opera de Bilbao, espléndido vocal y teatralmente obtuvo su buena parte del botín no sólo proveniente del distribuidor general el maestro Palumbo, sino de la propia conquista que el coro logra siempre en una ópera de Verdi.
L´ITALIANA IN ALGERI
“L´Italiana in Algeri” de G.Rossini. Reparto: Daniella Barcellona(m); Antonino Siragusa(t); Michele Pertusi (B); Paolo Bordogna (bar); Carmen Romeu (s); Marife Nogales (m); Carlos Daza (bar): Coro de la Opera de Bilbao y Orquesta Sinfónica de Euskadi. Dirección de Escena: Emilio Sagi. Dirección Musical: Michele Mariotti. Palacio Euskalduna 25-I-11
Si se esperaba que el bajo Michele Pertusi en el papel de Mustafá nos gustara desde el punto de vista bufo, tal vez no nos convenciera. Su presencia y su canto académico, de buen fraseo y no exento de coloratura le alejan de la figura del bufo. Si esperábamos que nos ofreciera un canto correcto sin histrionismos cómicos, sin ademanes caricaturescos, nos habrá convencido. Por otro lado, en ésta segunda representación del título rosiniano, la mezzo Daniella Barcellona dio la impresión de que se reservó bastante hasta su exhibición en la “volata” final con el rondó que lo cantó maravillosamente. En este preciso instante pudimos admirar su agilidad y volumen vocal que atesora.
Su compañero el tenor Antonino Siragusa, minimizado en escena involuntariamente por la corpulencia de la mezzo, cantó afinado y con una voz que siendo ligera, era penetrante y sonora y quizás por ello se hacía un tanto estridente. A pesar de que el tenor siciliano pareció que cantaba las notas muy agudas con cambio de emisión y de color en su timbre, era capaz de mostrar seguridad y además tuvo momentos de dulzura canora. Nos gustó el papel de Tadeo que encarnó el barítono Paolo Bordogna, cantante de un timbre de voz particular, pero de canto muy correcto y afinado.
En cuanto a la producción, Emilio Sagi nos mostró todas las escenas de un grato colorido que iba a acorde a la vestimenta, hizo que el coro se mostrara con gracia, acudió a sus inefables globos para jugar en los concertantes y creó una serie de gags que nos hicieron esbozar más de una sonrisa. Buena parte de la segunda mitad de la ópera nos entretuvo con ingeniosas ocurrencias y ademanes que indicó a los artistas (nos quedamos con la fuga de Tadeo). El maestro Michele Mariotti se ganó el aplauso del público, por la viveza y el brillante ritmo que imprimió a la partitura y ello gracias a la excelente calidad que, ópera tras ópera , muestra la Sinfónica de Euskadi.
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