Archivo del Autor: nino dentici

Acerca de nino dentici

Nino Dentici es el crítico musical del diario “El Correo”. Especialista en canto, lleva más de treinta años ejerciendo como conferenciante, escritor y miembro de jurado en Concursos Nacionales e Internacionales de canto. Desde muy temprana edad desarrolló una extraordinaria afición a la lírica dedicándose de lleno a este apasionante arte.

LA OTRA CARA DEL FADO

Festival de Fado. Solista: Ana Moura, Sala BBK de Bilbao.25-II-2023                                   

El lleno absoluto que tuvo lugar en la Sala BBK denotó las ganas que el público tenía de presenciar la actuación de grandes fadistas. Llevábamos algunas temporadas en Bilbao sin que se anunciaran por uno u otro motivo, y la respuesta a esta nueva temporada por parte del público, ha sido total. Ana Moura es la que ha abierto el ciclo de las “Noites do Fado” y su actuación nos ha proporcionado la faceta de una fadista moderna, un fado renovado un tanto alejado del clásico. No solo por la utilización de la percusión enlatada de fondo, sino por el amplio juego de luces que envolvían con humareda la estilizada figura de la portuguesa. El ambiente se volvió más alegre de lo habitual, la rica luminotecnia, los efectos teatrales y el ritmo que impuso a las canciones, se alejaron de lo clásico, e hizo bailar de pie a gran parte del respetable con la música angoleña materna. El repaso a los fados, unos más conocidos que otros, y el homenaje a una amiga, así como a su casa “Guillermina” recordando a su abuela, reflejaron su lado de compositora. Ana Moura cautivó por su elegante gesto, por el suave ritmo de su cuerpo y la simbiosis que logró con los asistentes. Apenas escuchamos el repique de la guitarra portuguesa porque el protagonismo del sonido se centró en la percusión de una batería inexistente in situ y una guitarra eléctrica, además por supuesto, de su voz bien afinada y sensible al texto cantado.

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UNA TOSCA ALTISONANTE

Tosca de G.Puccini. Solistas: Oksana Dyka (S); Roberto Aronica (T);Gabriele Viviani (Bar);Alejandro López (B); Fernando Latorre )Bar);Moisés Marin (T); José Manuel Diaz (Bar);Gexan Etxabe (T); Helena Orcoyen (S). Coro de la Opera de Bilbao y Leioa Kantika.Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección de Escena: Mario Pontiggia. Dirección Musical: Pesdro Halffter. Bilbao 18-II-23.            

 En la representación de esta Tosca ha destacado la producción. Hace tiempo que no presenciábamos una escenografía tan lujosa, con tan elegante atrezzo y tan cuidados detalles escénicos. Ahora bien, esta ópera de Puccini como es bien sabido requiere tres voces importantes. Es una pena que a la elegante escenografía no haya acompañado una Floria Tosca que además de cantar bien, fuera ardiente, sensual y celosa como pedía Puccini. La Tosca interpretada por Oksana Dyka desde el punto de vista del canto, resultó altisonante, empeñada en cantar siempre a plena voz. Apenas esbozó una frase delicada o apianó en los momentos adecuados. De ahí que su “Visi D´Arte” no tuviera la finura vocal que es inherente a esta bella confesión. Así mismo, desde el punto de vista teatral, su interpretación nos pareció hierática y distante, poco que ver con una Tosca amorosa.

El tenor Roberto Aronica tantas veces aplaudido en Bilbao por su brillantez vocal, en esta ocasión la echamos en falta, pero al seguir siendo su timbre lírico, cantó mejor el “Adiós a la Vida” que su cavatina de salida “Recondita Armonía” más tensa y menos propicia para un tenor lírico. Eso sí, su “Adiós” tuvo muchos kilates y se mostró muy seguro y artista.

El triunfador de la representación fue sin duda Gabriele Viviani, el inesperado barítono en el papel de Scarpia. Su canto no tuvo mácula alguna y su reciedumbre vocal casó perfectamente con el personaje tosco y hasta vulgar que quiso transmitir. Se alejó del personaje del barón taimado y cínico habitual, encarnando a uno más zafio. Una pena que en el gran dúo con la soprano faltó algo más de acoso y sensualidad para hacer creíble la escena.

Por otro lado, siempre hemos dicho que los papeles secundarios, a veces, tienen gran importancia y este es el caso de esta ópera porque el papel de sacristán tiene trascendencia y lo cubrió muy bien Fernando Latorre, así como el rol de Spoletta bien interpretado por Moisés Marin. Los papeles menos relevantes se ocuparon también con asiduos profesionales como el bajo Alejandro López o el barítono José Manuel Díaz. Digamos finalmente que la ópera llegó a buen puerto gracias a la atenta y cuidadosa batuta del maestro Pedro Halffter al frente de la Sinfónica de Bilbao. No sólo porque nos gustó su lectura precisa de la partitura, sino también por el detalle de parar la música tras el aria final del tenor para que este pudiera recibir los merecidos aplausos como así ocurrió.


UNA JOVEN VOZ

Recital de Canto. Solistas: Katharina Konradi (S); Ammikel Bushakevitz (piano). Obras de Schubert, Rachmaninov, Fauré, Ginastera y Montsalvatge, Sdad, Filarmónica 16-II-23.

                                      

Con aspecto de colegiala, con la voz fresca y ligera, se presentó en la Filarmónica bilbaína la soprano Kirguisa (de Kirguistán) Katharina Konradi. En principio, se la vio estática en escena y con poca expresividad gestual lo que denotó su inexperiencia. Sin embargo, la voz le corría con facilidad y su ligereza la hacía penetrante y sonora. Con absoluta naturalidad y sin afecciones, interpretó el primer bloque de lieder propios para su joven voz de un único color y aún sin posesión de una gama cromática variada. Cantó a Fauré con alegría y se desenvolvió bien en los lieder románticos que no requerían profundidad. En el segundo bloque enseñó también un amplio fiato y cantó con mucho gusto y gran sensibilidad la conocida “Standchen”, verdadera joya de los lieder de Schubert. En la segunda parte, con las canciones del argentino Ginastera ya hubo más problemas, pues además de un fraseo poco claro, le faltó gracia, salvo en la excelente versión que ofreció de “Triste” con la que alardeó de notas “pianíssimi”. Esa misma carencia en la limpieza del fraseo se percibió luego al abordar las tres canciones del gerundense Montsalvatge. De todos modos, creemos que por ahora debiera evitar interpretar lieder en general, ya que se caracterizan por la gravedad y requieren una carga emocional que suelen acompañar a una voz más madura. Junto a la soprano, se sentó al piano el israelí Ammiel Bushakevitz.  Aunque también joven, demostró su valía con una digitación en el teclado limpia y fina, acompañando a la voz con la conjunción precisa.


VIAJANDO CON SCHUBERT

“Winterreise” de F.Schubert. Solistas: Xabier de Sabata (Falsetista) y Francisco Poyato (piano). Teatro Arriaga 14-II-23                                        

El Viaje de invierno o Winterreise está escrito para voz masculina y normalmente se escuchan los versos en la voz de tenor, de barítono, de bajo y hasta de mezzo. Las trasposiciones, han dado paso a que este monodrama del amor no logrado, estos tristes recuerdos de amor, nos lleguen ahora a través de un intérprete falsetista. Los variados y múltiples poemas escritos por Wilhelm Muller mostraron el limpio fraseo de Xabier de Sabata unido a su excelente afinación.  El artista catalán cantó de manera intimista y gran sensibilidad y, además, muy pocas veces se ha visto tan gran compenetración entre voz y piano. Ahora bien, los frecuentes cambios de tonalidad marcan las variaciones del sentimiento y ya en la segunda mitad el ánimo se hunde cada vez más en un tono sombrío y melancólico. Esto quiere decir que la voz debe reflejar la gravedad y profundidad del dolor y resulta difícil transmitirlas en la voz de un falsetista, aunque este posea el color de timbre de una mezzo. A la voz de cámara de De Sábata le favoreció el foyer del Arriaga ya que recogió perfectamente su media voz y la expresividad de su interpretación. Cantó con medida y técnica las más conocidas canciones, “El Tilo” y la que le sigue “Torrente”, las cuales gozaron de una buena línea de canto, aunque no estuvo tan afortunado al cantar los lieder de ritmo más rápido para los que se requiere mayor ligereza. En cuanto a Francisco Poyato, dada su compenetración con el cantante, apenas necesitó mirarlo. Destacamos su finura en el teclado corroborada en la quietud y serenidad con las que acompañó el último lied, “El Organillero”


EMULANDO A SIFACE

“Siface”: L´Amor castrato. Solista: Filippo Mineccia (Falsetista). Orquesta Nereydas. Obras de Stradella, Pallavicino, Cavalli etc. Orquesta Nereydas. Dirección Musical: Javier Ulises. Teatro Arriaga 2-II-23.

 En el título del recital, “L’Amor Castrato”, se puede apreciar un componente semántico cuyo significado podría referirse tanto al amor mutuo del castrado Siface y la condesa Elena Forni, cuya familia terminó asesinándolo, como al amor que un castrado profesara a la condesa incluso estando encerrada en un convento sin el beneplácito familiar. El falsetista Filippo Mineccia emulando el recuerdo de aquel castrato, interpretó una serie de arias de varios compositores del “seicento” (siglo XVII) entre los que figuró Francesco Cavalli con su ópera  “ Escipión el Africano”. En ella el castrato Francesco Grossi impresionó al público en el papel del personaje Siface, nombre por el que luego sería conocido. El timbre de la voz que mostró Mineccia fue el de mezzo con cierta limitación en las notas graves. Se mostró expresivo y muy centrado en lo que cantaba, pero no salió de las arias en canto spianato y doliente, sin apenas adentrarse en la agilidad. Su fuerte estuvo en el canto melismático enseñando un buen fiato y dominio del gesto teatral. En el escenario, de pie, seis violines, una viola di gamba, un contrabajo, una tiorba y un clavecín, sustentaron la finura de la música. Quizá no hubiera hecho falta la distracción reinante en un pretendido acompañamiento escénico. Lo decimos no solo por el contrasentido musical entre lo visto y lo escuchado, sino por el pobre resultado de intentar comulgar lo abstracto con el canto sentimental y delicado. Javier Ulises, el director del grupo Nereydas no se distrajo ni por un momento y llevó a sus diez músicos por la vía de la elegancia melódica y la brillantez interpretativa.


UN MOZART BUFONESCO

       

“Cosí Fan Tutte” de Mozart. Reparto: Vanessa Goikoetxea (S); Serena Malfi (M); Xabier Anduaga (T); David Menéndez (Bar); Pietro Spagnoli (Bar). Coro de la Opera de Bilbao y Orquesta Sinfónica de Euskadi. Dirección de Escena: Marta Eguilior. Dirección Musical: Oliver Díaz. Palacio Euskalduna 21-1-23.     

                                                         

La precariedad no debería estar en contradicción con la calidad. Es cierto que la música de Mozart no vale como ejemplo de voces heroicas obligadas a solventar notas extremas en partituras dramáticas. Sin embargo y, por el contrario, su “Cosí fan Tutte” requiere elegancia supina, fina línea de canto y gran conjunción. Lo sencillo, es a veces lo difícil de alcanzar y otra cosa bien diferente es que esa sencillez, valga para poner en escena una ópera solo con lo imprescindible. En general, hubo conjunción en los números, aunque no siempre, pues algunas voces solistas carecieron de homogeneidad en cuanto a sus características y no todas sonaron con un timbre brillante y hermoso como el del tenor Xabier Anduaga. La participación del tenor guipuzcoano fue todo un lujo, es más, diríamos que no fue aprovechada debidamente ya que nos hubiera gustado su participación en un rol de más enjundia y protagonismo. Además, se hace evidente que por su personalidad se halla más cómodo cantando un papel serio o trascendente que uno cómico. De esa seriedad natural suya fue que fluyó con tanta delicadeza y gusto su aria “Un´Aura Amorosa”, sobre todo la segunda estrofa a la que imprimió una media voz de seda. En su segunda aria “Tradito schernito” mostró pasión y en la exigencia natural que esta contiene, resplandeció la brillantez de una voz estelar. La soprano Vanessa Goikoetxea cuajó una buena actuación en general, si bien irregular. Se mostró un tanto justa en las notas graves de” Come Scoglio” y sin embargo, a continuación remató su participación en el papel de Fiordiligi con el aria “Per pietá, ben mio, perdona” interpretada con gran sensibilidad musical y entrega. El resto del reparto rebajó el listón cualitativo vocal y si ciertamente el papel de Don Alfonso, encarnado por el barítono Pietro Spagnoli llegó a gustar, en gran medida fue por la idea de la regidora Marta Eguilior al darle ese cariz de mago gesticulante y un tanto bufonesco. Se movió muy bien en escena, aunque su timbre de voz sonó metálico. Tampoco la voz de Serena Malfi nos atrajo al ser su voz tan cercana a la de la soprano y tan penetrante y un tanto descontrolada. En un listón más bajo hallamos al barítono David Menéndez cuya voz carente de la brillantez requerida, desequilibró los dúos con el tenor. La Despina encarnada por Itziar de Unda cumplió con el objetivo cómico y fue ensalzada por la regidora Eguilior al situarla en un columpio en lo alto del escenario. La precariedad de la producción con un único escenario no fue obstáculo para que Marta Eguilior creara un mundo mágico con juegos de luces e inclusiones novedosas como el de hacer que el tenor y el barítono se convirtieran en siameses. Nos gustaron también los tiempos marcados por el maestro Oliver Díaz al frente de la Sinfónica de Euskadi y la agilidad y ligereza empleadas para que en ningún momento decayera la larga obra.

                                                             


25 ANIVERSARIO DE LA EGO

Concierto de la EGO-25 aniversario. Coro Gazte Abesbatza. Obras de Grieg, Sibelius,Vaugham Williams y Sorozábal. Dirección Musical: Rubén Gimeno. Euskalduna 4-I-23.

Continuando con su periplo de celebraciones en sus veinticinco años de existencia, la Joven Orquesta de Euskadi recaló en Bilbao para ofrecer un variado concierto. Se lucieron las cuerdas al interpretar “Peer Gynt” de Grieg, sobre todo en el vals ejecutado con la elegancia requerida. Resultó un bello comienzo de una pieza basada en un poema trágico del también noruego Henrik Ibsen Al interpretar “Finlandia” de Sibelius, el joven coro repleto de voces frescas mostró el trabajo previo realizado, culminado ahora con dominio sobre la corta partitura del compositor ahora finlandés. Con mayor complicación entró el coro en la pieza “Toward the unknow región” del inglés Vaughan Williams con su suave dinámica inicial, para luego desenvolverse en una tonalidad inestable, hasta el exultante final que el coro logró. Con la dirección eficaz, aunque de gesto parco y monótono de Rubén Jimeno, el coro reemprendió el camino del éxito con el “Gernika” de Sorozábal. Con el redoble del tamboril cruzando el patio de butacas y con su aire marcial, orquesta y coro interpretaron con gran sentimiento la fúnebre música que denota con gran evidencia el aspecto doliente de la obra. La joven orquesta (EGO) y las blancas voces del coro (EHGA) tuvieron su tarde del tributo que merecen veinticinco años de existencia musical. Naturalmente no faltó el navideño “Ator, ator” de despedida a la hora de las propinas.


AINHOA ARTETA CON LA TRADICIÓN

Recital de Canto. Solistas: Ainhoa Arteta (S); Javier Carmena (Piano). Obras de Lavilla, García Abril, Garbizu, Guridi etc. Teatro Arriaga 28-XII-22.                   

 La idea de programar un recital a base de canciones folklóricas tradicionales de la tierra era deseable y apetecible, Sin embargo, cuando las canciones deambulan por derroteros que, aunque populares, son en su mayoría desconocidas y de un mismo estilo, es decir, atendiendo al recitado y a un ritmo demasiado pausado, decae el interés general. La soprano de Tolosa podía haber estado cantando este tipo de obras de modo indeterminado pues no había esfuerzo vocal en su labor, ni gran dificultad en la interpretación. Esa dificultad se refería más bien a la expresividad que había que imprimir a las canciones y a la intención en su claro fraseo, pero al estar leyendo las partituras, sin apenas mirar al público, es natural que disminuyera tal expresividad libre y perdiera hasta el contacto con el público.  Al llegar la segunda mitad del recital, el respetable se animó con las conocidas canciones de Tomás Garbuzu “Ume Eder bat”, “Pello Joxepe “Andre Madalen” o la muy popular “Habanera del Guría” (Joxe Miguelen batela). Al interpretar estas últimas, la soprano abandonó el atril y se dirigió al público como ella sabe, con gesto alegre y amplia mirada.  A lo largo del recital la soprano apenas enseñó la voz, pues como se ha apuntado con anterioridad, se trataban de canciones casi recitadas con una emisión a media voz. No siempre su línea de canto se mostró segura, pero ofreció también momentos brillantes con ataques bien filados y muestras de su buen fiato. Le acompañó al piano Javier Carmena, quien, además de sostener y guiar las intervenciones de la soprano, pudo ofrecer una delicada versión de las “Lontananzas” de García Abril y ya en la segunda parte, una no menos delicada del vals de la “Mirentxu” de Guridi. Como suele ser habitual en ella, se dirigió al público e informó acerca de su intención de exportar a otros teatros el mismo programa. Complicada misión.


URDIAIN O EL AVE FÉNIX

Concierto de Navidad. Solistas: José Antonio Urdiain (T); Patricia Sesar (S); Julen García (Bar); Markel Elorza (Mandolina); Itziar Berredo (Piano); Raquel Marcos (Piano); Jon Thate (Flauta). Filarmónica de Bilbao 23-XII-22     

 Tras la dura pandemia del Covid 19, reapareció ante su público el tenor José Antonio Urdiain. Se le echaba de menos, porque, hacía ya tiempo que su recital anual iniciaba tácitamente la festividad musical de la Navidad. Ya no comparece él solo, en esta ocasión compartió el escenario de la Filarmónica una soprano (Patricia Sesar), dos pianistas (Itziar Barredo y Raquel Marcos) un barítono (Julen García), un solista de la mandolina (Markel Elorza) y un flautista (Jon Thate).  En adelante nos tendremos que preguntar si el evento irá hacia derroteros comunitarios como en esta ocasión, o hacia algo más personal, pues el tiempo se amplía demasiado y no todo invitado es válido. Urdiain, se lució en aquello que le gusta y se siente cómodo como por ejemplo la napolitana “Vorrei Morir” que la finalizó con una nota bien filada y sostenida o “El lamento de Federico” de Cilea cantada con sentimiento. La voz le suena bien al tenor vizcaíno y no se amilanó en atacar alguna que otra nota alta, lo mismo que la soprano Patricia Sesar cuya voz cambia de color y brilla al abordar con gran seguridad los sobreagudos. Sin embargo, no vimos la necesidad de la invitación a cantar tanto al joven e inexperto Julen García como a Markel Elorza cuya mandolina no se aprovechó debidamente. La pianista Itziar Barredo, arregló algún que otro desaguisado y condujo con su experta destreza en teclado a más de uno. En cuanto a la presencia de la otra pianista, Raquel Marcos, fue una agradable sorpresa y acompañó al flautista Jon Thate con atención máxima en la complicada obra del rumano George Enescu.


GENUINO Y RECOGIDO HAENDEL

“El Mesías de G.F.Haendel. Solistas: Carlos Mena (Falsetista); Jone Martínez (S); Josu Cabrero (T); Elias Arranz (B). Kup Taldea y Orquesta Sinfonietta. Dirección Musical: Iker Sánchez. Teatro Arriaga 22-XII.22              

  La música de El Mesías se distinguió en su origen por su restricción orquestal. Hoy en día es normal escuchar el hermoso oratorio de Haendel con más de cien voces y otros tantos instrumentistas convirtiendo la obra en magna y exuberante. En la sucesión de arias, algún que otro dúo y las intervenciones del coro que comprende la obra, bastaron la treintena de voces del Kup taldea y la quincena de músicos de la Sinfonietta para ofrecer una muy bella y recogida versión. Es más, apenas sonó una trompeta a cargo de un virtuoso solista para muestra de la moderación que encerró la ejecución. El Kup taldea, donostiarra agradó sobremanera por el empaste y la armonía general al dominar con total uniformidad los momentos de canto tenue, a media voz, así como el marcado y unísono “Wonderful, Counsellor” del pasaje del nacimiento de Jesús. En el famoso “Aleluya” primó la moderación y en el complicado fugado “Amén” final, las voces encontraron sin dificultad su propio camino en la búsqueda de la conjunción. El primero en intervenir en el cuarteto solista fue Josu Cabrero abordando “Confort” y el aria “Every Valley”. El tenor de Leioa mostró una voz de bello timbre, algo más redonda que la de un tenor ligero, es decir con más cuerpo y mucho gusto. La expresividad y la serenidad en el canto vino a través del dominado falsete de Carlos Mena. Sus intervenciones gozaron de pulcritud en la agilidad y de una gran afinación y sentido musical. Gustó mucho el “Rejoice greatly” de la soprano Jone Martinez donde evidenció una muy buena técnica al resolver las agilidades de su aria con absoluta limpieza. Su voz pareció un afilado estilete que no tenía obstáculos en abordar las notas altas por la facilidad y pureza de su emisión. Cerró el cuarteto solista el bajo Elias Arranz enseñando una voz amplia propia de un barítono-bajo cuyas intervenciones se equipararon al mérito de sus otros colegas. Excelente la labor del maestro Iker Sánchez, muy claro en el gesto y con manifiesto trabajo previo para lograr la flexibilidad de su conjunto.