“Krol Roger” de K.Szymanovski. Reparto: Marius Szwiecien (bar): Jose Luis Sola (t); Agnieska Bochenek (s); Francisco Vas (t); Felipe Bou (B), Coro de la Opera de Bilbao y Leioko Kantika Korala. Dirección de Escena: Michal Znaniecki. Dirección MUsicaL: Lukas Borowicz. Palacio Euskalduna 24-XI-12.
De la homosexualidad del compositor apenas hay algún atisbo en esta ópera. Se percibe tan sólo el que el director de escena ha querido mostrar puntualmente y motu propio. Por ello, no debemos dejarnos confundir mezclando la naturaleza gay del músico con el fondo liberador de un argumento en el que subyace el orden moralizante de una determinada sociedad en lucha con su liberación individual. El músico polaco y su libretista se inspiraron en el texto de Las Bacantes de Eurípides con Roxana como una ménade, la soprano que trasgrede el orden establecido y escapa con el pastor abandonando a su marido.
Hay sensualidad e insinuaciones andróginas, pero la ópera de Szymanovski se refiere sobre todo al símbolo de esa liberación que representa la figura del dios Dionisio encarnada en el pastor. No valen ni gestos ni fotos para equivocarnos en la pretendida homosexualidad.
Vocalmente el coro de la ópera de Bilbao cuyo trabajo previo ha tenido que ser arduo e intenso, resolvió admirablemente lo mejor de la música, pues a él corresponde lo grandioso y bello que atesora la partitura. Se sumó al triunfo del coro bilbaíno, la Leioa Kantika Korala y entre los dos ofrecieron las páginas más cantábiles.
De los solistas es justo destacar al barítono protagonista Marius Kwiecien de quien conservamos un gratísimo recuerdo de cuando cantó la ópera Don Giovanni.
El barítono polaco es un cantante de voz bella, aterciopelada e igual en sus registros, con un gesto teatral natural y convincente.
El tenor Jose Luis Sola compareció en escena con un canto elegante y afinado como corresponde a un dios. No sólo destacamos su voz de tenor de gracia, todavía con un timbre algo ligero, sino también su actuación desenvuelta y segura, lo que significa su confianza en trasmitir la personalidad de Dionisio en escena.
Difícil papel para la Sinfónica de Euskadi ejecutando una partitura variada y discontinua que el joven maestro Borowicz supo sacar la maestría de los instrumentistas.
Deja una respuesta