“Giovanna D´Arco” de G.Verdi. Reparto: Krassimira Stoyanova (s); Alejandro Roy (t); Claudio Segura (bar); M.A.Zapater (b); Eduardo Ituarte (t); Coro de la Opera de Bilbao y Orquesta Sinfónica de Euskadi. Dirección de Escena: Gabriele Lavia. Dirección Musical: Ives Abel. Palacio Euskalduna 21-IX-13
Se disfrutó con el estreno de la ópera “Giovanna D´Arco”. En el apartado solista se contó con una excelente soprano, un barítono de calidad y naturalmente un coro que se movió como siempre con compenetración y comodidad en una obra verdiana. Añádase que la Sinfónica de Euskadi tenía ante sí a un vigoroso y meticuloso maestro como es Ives Abel y súmese a ello finalmente la lujosa y respetuosa producción proveniente de Parma y el resultado es normal que fuera del agrado del público. La búlgara Krassimira Stoyanova se erigió en la gran portaestandarte del éxito gracias a su limpio color vocal, a su dominio y facilidad en el canto, coronado su actuación con una interpretación general muy convincente. Su padre en la escena, el barítono Claudio Segura, unió a su gigantesca figura la no menos noble y extensa voz deleitándonos con su buen gusto y delicada línea mostrada en su última aria y cómo no, en el gran dúo con su hija en el momento de la petición de su perdón. El tenor asturiano Alejandro Roy se entregó a su papel pero sigue enseñando una voz altisonante, carente de una técnica que le permita cantar a media voz y hacer alguna que otra frase suave y bella. Se le hace muy evidente la pérdida del color en las notas de paso y en otras que emite muy forzadas y sin brillo. Es una pena que parte del brillo que luce en las notas altas no aparezcan en las más centrales Ya se ha apuntado que el coro de la Opera de Bilbao es garantía en este tipo de obras ya que se halla muy cómodo cuando se requiere compenetración general y vigor soldadesco, así como intervenciones en staccato. Finalizamos el comentario aludiendo de nuevo al maestro Ives Abel, muy claro en el gesto y agradeciendo al teatro parmesano el que haya producido esta ópera inusual de la mano de Gabriele Lavia a pesar de que el decorado fijo represente una carga de caballería correspondiente al reino de Italia con el escudo de los saboya y por lo tanto nada que ver con la guerra de los cien años.
6/10/13 at 16:56
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