Temporada de Opera 2012/2013 «Una gran Traviata»

“La Traviata” de G. Verdi. Reparto: Ermonela Jaho (s); José Bros (t); Artur Rucinski (bar); Itxaro Mentxala (m); Eduardo Ituarte (t); Ainhoa Zubillaga (m); Miguel Angel Zapater (b). Coro de la Opera de Bilbao y Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección de Escena: Massimo Gasparon. Dirección Musical: Keri Wilson. Palacio Euskalduna 29-IX-12

Cuando una soprano se cree lo que canta, se entrega al papel y lo hace enseñando una voz con cuerpo, poderío y capaz de acudir a filados y bellas frases pianíssimi, el triunfo le sonreirá inexorablemente cante lo que cante. El debut de la albanesa Ermonela Jaho fue sorprendente por agradable y aunque al principio dudáramos del color de su timbre de voz, de su afinación y de su belleza en la emisión, el resto de la ópera terminó por seducirnos por completo. Se adentró en su dramático papel y demostrando una técnica muy estudiada para una voz ancha como hacía tiempo que no escuchábamos en una Violeta, nos rendimos a su arte.

El tenor José Bros encontró la horma de su zapato en una soprano cuya voz maridaba con la suya tan brillante, tan limpia en el fraseo y tan elegante. Ella rompía y rasgaba y se mostraba valiente, él modelaba y diseñaba la manera de cómo hay que cantar, si bien no se atreviera a alcanzar el agudo final de la cabaletta.

Pero había una tercera voz en la discordia triunfal. Se trataba del barítono Artur Rucisnki, también nuevo en la plaza, quien no sólo gustó mucho, sino que nos cabe la esperanza de que la ABAO pronto le invite a cantar otro título. El barítono polaco cantó con una voz preciosa, con un  timbre igual en sus varios registros y deparó un final pocas veces escuchado en su aria “Di Provenza” alardeando de gran fiato al cantar las últimas frases sin respirar.

El soporte a tan gran representación vino de un coro que no dejamos de alabar continuamente  y por parte de la batuta de la directora canadiense  Keri Wilson al mando de una excelente orquesta (BOS) un conjunto que mostró su flexibilidad y precisión a cumplir con unas órdenes totalmente al sostén  y lucimiento de las voces principales en sus momentos álgidos.

No nos olvidemos de las voces que cumplen con las segundas partes, tan importantes para que la representación obtenga una resolución final de empaque. Vimos y escuchamos a segundas partes que además de grandes profesionales como las mezzos Itxaro Mentxaka y Ainhoa Zubillagao, el bajo Miguel Angel Zapater  o el barítono Jose Manuel Diaz, se contó con otros menos expertos y no por ello desmerecedores del elogio. Todos ellos y nos referimos al tenor Ituarte y a los barítonos San Martin y Del Castillo, dieron relevancia a sus respectivos y necesarios roles.

En cuanto a la producción firmada por Pier Luigi Pizzi, ya la habíamos presenciado en la temporada del año 2005. En ésta nueva ocasión la dirección escénica corrió por cuenta de Massimo Gasparon a quien culparemos de que la representación tuviera tres entreactos y se hiciera un tanto lenta. Lo dicho, una representación de calidad, bien cantada y bien dirigida.