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la joya de la pequeña Misa de Rossini

BAS. Petite Messe Solennel de Rossini. Nederlands Kamrkoor. Director: Lionel Meunier. Iglesia de la Encarnación.Bilbao 23-III-15.
No es usual que se ofrezca esta obra, que entra dentro de los pecados de la vejez rosiniana, con el soporte de dos pianos y un armonio como es el original. Vocalmente no hace falta un gran número de coristas por lo que las veinte que componían la Nederlands  Kamerkoor bastaron para reflejar la delicadeza y originalidad de la pieza. Los solistas provinieron del mismo coro, lo que significa que no todos sobresalieran. Es raro que un miembro del coro cante con potencia y suficiente firmeza como para destacar. Lo normal es que ofrezcan finura y una buena dosis de expresividad en el canto, tal como ocurrió. Se podría subrayar la actuación de la soprano  Stefanie True cuya voz bien timbrada y la más audible destacó entre las demás y gustó tanto en el Cruxifixus y en el O Salutatis. Secundó bien a la soprano la mezzo Van der Poel en en el Qui tollis  y paremos de contar porque ni la débil voz del tenor Schaafsma ni la del hipotético bajo que no era sino un barítono lirico, estuvieron a un nivel  respetable. El coro sí respondió y bajo la buena dirección del maestro Lionel Meunier escuchamos una obra que no es habitual a pesar de ser una pequeña joya musical.
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Excelente concierto en la Bilbaína Música Sacra

BAS. Música Sacra. Título “In Furore”. Maria Spada (s). Obras de  Locatelli, Pergolesi, Vivaldi e Iribarren. Orquesta Barroca de Sevilla. Director: Pablo Valetti.  Iglesia de la Encarnación. Bilbao 7-IV-14
Cuando una música cualquiera se ejecuta en un lugar idóneo y  en un ambiente favorable, el resultado de la audición suele ser satisfactoria. De ahí que  los cantos en forma de Salve de Pergolesi y  el Lamento de Locatelli  nos hicieran disfrutar del recogimiento y de la sensibilidad musical que aflora en las obras sacras. Claro que la interpretación debe ir en consonancia con el lugar y con la obra que se canta y desde  ese  apartado  no hubo ningún  atisbo de inquietud. La soprano pacense Maria Spada mostró una musicalidad tan fina y  tal afinación en su dulce línea de canto que la respuesta del auditorio fue  la total entrega  a su arte. Con el navarro sangüesino Juan Francés de Iribarren, la soprano se desenvolvió con firmeza y rotundidad vocal y a continuación muy pocas semi notas se le escaparon de su brillante coloratura al interpretar  el allegro de la obra  In Furore  de Vivaldi que daba título al concierto. En una velada tan atractiva no pudo faltar un buen acompañamiento musical y esta faceta fundamental en el ritmo y en la sensibilidad barrocos llegó de parte del conjunto orquestal barroco sevillano que lidera el violinista Pable Valetti. Una bella velada barroca a cargo de especialistas en el género tanto del ámbito vocal como del instrumental.

un oratorio joya musical

“La Resurrezione” de Haendel. Solistas: Barbara Soikova (s); Stanislava Mihalcova (s); Silvia Cmugova (m); Jan Ondreika (t); Roman Janal (bar). Director Marek Stryncl. Iglesia de la Encarnación Bilbao 22-III-13

 

Se escuchó en la semana del Arte Sacro que va teniendo lugar en la bilbaína iglesia de la Encarnación la que probablemente es considerada la más hermosa obra de Haendel compuesta en su estancia italiana. El conjunto checo dirigido por el solista de violonchelo Marek Stryncl  fue el encargado de interpretar con gran musicalidad y admirable finura una joya musical en forma de oratorio para placer de los asistentes. Dos sopranos, Barbara Solikova  con una voz de muy agradable  color y exquisita línea y Stanislava Mihalcova, de voz más poderosa aunque menos dulce, se encargaron de llevar el peso interpretativo. De la misma manera, es justo citar a los solistas de oboe Edurad Wesly y Teresa Pavelkova quienes destacaron en sus finas y conjuntadas intervenciones. La elegancia y una gran sensibilidad musical fueron el común denominador del conjunto que contó también con las participaciones del barítono Janal, del tenor ligero Ondreika y de la mezzo Cmugova. La limpia coloratura en los alegros y un bello legato en los adagios haendelianos demostraron el dominio tanto de los solistas como de los instrumentistas de una obra bella y magníficamente ejecutada.