“Ana Bolena” de G.Donizetti. Reparto: Joyce El Khoury (S); Celso Albelo (T); Silvia Tro (M); Marko Mimica (B); Anna Tobella (M); Joseé Manuel Díaz (Bar); Josep Fadó (T): Coro de la Opera de Bilbao y Orquesta Sinfónica de Bilbao. Director de Escena: Stefano Mazzonis.Dirección Musical: Jordi Bernacer, Bilbao 19-XIX-22.

Tras el traslúcido telón a modo de sipario en el que figuraba el enorme retrato de Ana Bolena de Nidd Hall, se nos mostró una fastuosa escenografía que incluía también un bello atrezzo. Por lo tanto, se agradece la presencia de una producción rica y fiel a la época. El coro de la ópera de Bilbao que apareció a continuación con rico vestuario nos deleitó a lo largo de la ópera con un bel canto elegante y de bello color vocal. Distinguiríamos a la parte femenina porque en ella radicó el susurrante y seductor canto spianato que cantaron con tanta dulzura y sentimiento. En este sentido de canto bello y fino, es justo que destaquemos al tenor Celso Albelo. Aunque su voz no tenga un rebosante caudal, su técnica y proyección son tan envidiables que, por ello, en su dulce canto spianato no hay ninguna traba para entorpecer su gran facilidad a la hora de cantar a media voz o acudir a las notas altas. Una buena muestra de ello fue la maravillosa versión que ofreció de “Vivi tú te ne scongiuro” dedicado en la segunda parte al hermano de Ana Bolena.
En competencia vocal leal, tuvo enfrente al bajo Marko Mimica como Enrique VIII. Fue el otro triunfador y nos gustó tanto vocal como escénicamente, pues a su rotunda voz de grato color, unió genuinos gestos reales en una gran presencia escénica. Acerca de la soprano Joyce El Khoury habría que decir, en primer lugar, que tuvo una actuación y un canto irregulares. Pasó de cantar dubitativa y limitada en el primer acto, a un final emotivo, con voz segura y derroche de agudos, aunque su canto no se adentró en la coloratura como se debiera. Un claro ejemplo de su presumible reserva vocal anterior lo constatamos en el aria de la prisión “Al dolce guidami” cantada de manera serena y lánguida. La valenciana Silvia Tro que encarnó a Seymour, la rival de Ana Bolena cantó con voz clara, sonora y buena dicción, pero la suya es una voz de mezzo demasiado ligera y sin peso para afrontar las páginas de dolor y coraje que posee el personaje. Nos pareció que no hubo contraste cromático con la voz de la soprano.
El personaje de Smeton en boca de la catalana Anna Tobella resultó de agrado. No en vano su voz nos pareció contundente y con hermosas notas graves, además de ser una protagonista más entre los principales. José Manuel Diaz, el barítono local, cada día muestra más confianza en escena y se hace cómodo acompañante vocal para quien está a su lado. Cerró el reparto el tenor Josep Fadó un tanto altisonante en su afán de enseñar su sonora voz. Digamos finalmente que la dirección del alicantino Jordi Bernácer se atuvo con gran entrega a una partitura hermosa y que la Sinfónica de Bilbao atendió de manera homogénea a las largas pausas ordenadas por su batuta en bien del canto pausado y cómodo de los artistas.
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