Recital de Canto. Solistas: Javier Camarena (T); Angel Rodriguez(Piano). Obras de Donizetti, Lalo, Delibes, Tosti, Galindo Galarza etc. Teatro Arriaga 21 I-21.

En esta ocasión, Javier Camarena eludió en el concierto ofrecido en el teatro Arriaga las arias típicas de las óperas que le han encumbrado. Su programa se centró en el fino repertorio francés y en las pasionales napolitanas. Abordó el recital con inusitada alegría y generosidad atacando las notas de “Je suis Joyeux” de la ópera Rita, también conocida como Deux Hommes et une femme, de Donizetti. Esta alegre primera aria nos mostró su excelente técnica vocal, lo que le facilita una proyección perfecta en la emisión y en consecuencia una gran facilidad en su canto. El artista mejicano no tuvo ningún escollo que le negara un fraseo claro y una afinación exacta.
Su voz de color ligero, sin demasiado cuerpo, parecía un estilete que cruzara las notas del pentagrama hasta alcanzar sin mácula los Do de pecho e incluso algún Re sobreagudo. Atendió con gusto y finura la selección de arias de ópera francesas y luego avisó al público que iba a estrenar el aria de Gerald de la ópera Lakmé de Delibes. Nos agradó mucho que se disculpara por usar atril y partitura porque no se sentía seguro con el estreno anunciado y atacó la difícil pieza de cambiante e irregular melodía con un resultado satisfactorio.
A continuación, nos ofreció varias canciones napolitanas, en nuestra opinión fuera del estilo pasional y sanguíneo que conllevan estas canciones. Las cantó muy elegíacas, con demasiado lirismo, ciertamente con mucho gusto y expresividad, pero con la inteligente luz que él mismo proporcionó, sin la luz del sol mediterráneo y sin el calor que requiere por ejemplo “Passione” de Tagliaferro. El tenor, se dio un pequeño descanso y cedió la oportunidad de lucirse al pianista Angel Rodriguez, quien le había atendido en el acompañamiento con absoluta atención y que nos vino a ofrecer la interpretación de Los Paraguas de Cherburgo de Michel Legrand con gran limpieza digital y artístico gesto de avezado pianista.
Como ocurre casi siempre en un recital, lo mejor estaba por llegar y en efecto, tanto “Perfidia” de Alberto Dominguez como “Paloma Querida” de José Alfredo Giménez encontraron al intérprete perfecto en cuanto a expresividad, fraseo y gusto. El público ya empezaba a levantarse de sus butacas cuando Javier Camarena atacó la guida del recital que llegó en la cuarta y última propina al cantar “Malagueña”. La canción de Pedro Galindo Galarza tuvo una muy original versión, no solo por el lento tiempo que impuso, sino por los interminables, efectistas y atractivos filados sostenidos que ofreció en alarde de gran fiato.
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