UNA PASTORAL MINIMALISTA

Mendi-Mendiyan de J.M.Usandizaga. Reparto: Ausrine Stundyte (S); Mikeldi Atxalandabaso (T); Olatz Saitua (S); Christopher Robertson (Bar); José Manuel Díaz (Bar); Gexan Etxabe (Bar). Sociedad Coral de Bilbao y Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección de Escena: Carlos Bieito. Dirección Musical: Erik Nielsen. Teatro Arriaga .Bilbao 20-VI- 19.

                                 “Mendi Mendiyan”, Usandizaga

En esta pastoral de Usandizaga, se podría decir que a la tradición y al costumbrismo vasco, se une un evidente fondo verista.  Con ello se abandona un supuesto bucolismo montaraz para desembocar en lo que será una tragedia.  En este contexto la visión de Bieito se dirigió hacia lo sombrío, a la soledad del lugar,  hacia la sangre.  A pesar del minimalismo escénico, el resultado final efectivamente atendió a la idea básica de la obra. No obstante, la historia resultó muy lineal, sin rupturas, ni descansos que interrumpieran el drama. Ni siquiera la Coral bilbaína, la que estrenó en su día la obra, fue capaz de introducir algo de  alegre jolgorio, porque su estatismo y el aireado de los pañuelos no fueron suficientes, ni pudieron alterar la seriedad de la trama. Bieito  acudió, escapando algo de ese minimalismo, a elementos rurales y folklóricos como el aizkolari o el dantzari que apareció en el pasillo del teatro subido a una mesa en plan Kaxarranka, y aun así la romería nos pareció triste. Únicamente el canto popular de una muy conjuntada coral intentó el divertimento.  Ya sea la sección femenina o bien la masculina con el hermoso Ave María,  mostraron la calidad que atesora la centenaria agrupación. El minimalismo de la escena contrastó con la solidez y la brillante lectura de la Sinfónica de Bilbao. En realidad, Erik Nielsen y su orquesta fueron la base del éxito de la representación.  Resultó admirable la página orquestal del lobo y en general, en la variada y compleja temática musical, se evidenció la flexible batuta del maestro. En el ámbito canoro, la soprano cantó con una voz poderosa pero de costosa emisión, ya que no le corría fácil. Culminó una labor completa en el aspecto dramático, aunque en el canoro echamos de menos un canto a media voz. El triunfador sin duda fue el tenor Mikeldi Atxalandabaso, cuya aria-monólogo “Alare zorioneko lekua” se encuadró en el marco dorado de las efusiones amorosas existentes, cantadas con delicadeza, limpio fraseo y facilidad. Una gran muestra de un tenor ya consolidado y en plena madurez.  Muy bien caracterizada y vocalmente perfecta para encarnar a Txiki  la soprano Olatz Saitua, aunque  le tocara  más gatear por la escena que ir de pie.  También gateó el abuelo, encarnado por el barítono Chritopher Robertson, cuyo mérito es el de haber elaborado una voz de emisión  propia, de variado timbre y que  puede acercarse vocalmente tanto a un tenor como a un bajo. La voz de José Manuel Díaz sonó  natural y con nobleza y ofreció el racconto del cuento de manera atractiva, con control de la intensidad sonora y con un final bien sostenido. Aludamos finalmente a Gexan Etxabe (Gaizto, el malo) con un canto correcto y buena escena. Una reposición del Usandizaga mas joven al gusto de casi  todos.

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Acerca de nino dentici

Nino Dentici es el crítico musical del diario “El Correo”. Especialista en canto, lleva más de treinta años ejerciendo como conferenciante, escritor y miembro de jurado en Concursos Nacionales e Internacionales de canto. Desde muy temprana edad desarrolló una extraordinaria afición a la lírica dedicándose de lleno a este apasionante arte. Ver todas las entradas de nino dentici

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