Concierto de la BOS. Obras de Richard Wagner y Bernd Alois Zimmermann, Solista: Rachel Nicholls (S); Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección Musical: Erik Nielsen. Palacio Euskalduna. Bilbao 6-VI-19.
Con la orquesta bilbaína al completo, Wagner fue el protagonista de una velada que hacía tiempo no se escuchaba en Bilbao. Un pequeño lapso temporal que se solventó con la presencia de una soprano típicamente wagneriana. Impávida e inmóvil delante de la orquesta, Rachel Nicholls esperó pacientemente su entrada a la amorosa muerte de la ópera Tristán e Isolda. El pianísimo de los chelos, la gravedad del inicio del drama en su preludio, dio paso a la voz poderosa, voz voluminosa de la soprano inglesa. Corpórea y capaz de superar la marea sonora orquestal, la soprano británica enseñó un pequeño vibrato que le daba calidez y profundidad a su voz. Tal como se le definió hace unos años “la futura Brunilda” y hoy reconocida como tal, se adentró en la segunda parte en una selección preparada por el maestro Nielsen de la ópera El Ocaso de los Dioses. Aquí, timbales, trompetas y trombones dieron la brillantez requerida a una gran orquesta. Ella, ahora de negro y oro, volvió a enseñar una voz extensa homogénea, llena y hasta rompió con su sereno estatismo al acompañar el canto de la Inmolación de Brunilda con la mímica adecuada. El maestro Eriksen por su parte, pareció disfrutar con su meticulosidad en dar cada una de las entradas, en el resultado obtenido de los muchos pianíssimi de Wagner y en el esplendor de los tutti alcanzado por la Sinfónica. El público lo apreció y disfrutó también de una música a veces etérea y a veces de sísmica intensidad.
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