«MIMÍ LESCAUT»

La Bohme de G.Puccii. Reparto: Ainhoa Arteta (S); Teodor Llincai (T); Artur Rucinski (Bar); Jessica Nuccio (S); David Menendez (Bar); Krysztof Czyk (B); Fernando Latorre (Bar); Coro de la Opera de Bilbao. Orquesta Sinfonica de Euskadi. Dirección de Escena: Mario Pontiggia. Dirección Musical: Pesro Halffter. Palacio Euskalduna. Bilbao 20-X-18.

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En el canto además de la voz y la  expresividad, ambos imprescindibles y esenciales, también es importante guardar el estilo y más aún, el uso de la voz apropiada para interpretar un concreto personaje. En este sentido, en la primera mitad de esta ópera pucciniana nos pareció que la soprano Arteta exageraba en la intensidad vocal. La lentitud con la que abordó el aria “Si mi chiamo Mimí” afectó a su línea de canto, por lo que notamos un claro vibrato. Su generosidad en la entrega vocal hizo que nos pareciera que se trataba más de una soprano  acorde con Manon Lescaut que de la enfermiza Mimí de La Boheme. Afortunadamente la soprano guipuzcoana, siempre inteligente y teatral, moderó su avasalladora voz y  se adentró  con el tercer acto en la languidez fúnebre de una moribunda. Entonces su canto fue delicado, a media voz y  patéticamente teatral. Contó con la competencia vocal del tenor rumano Teodor Llincai, una voz muy generosa que compitió con el poderío vocal de ella. El tenor rumano cantó muy brillante el famoso racconto del primer acto y sostuvo muy bien el Do de pecho en el dúo O Soave Fanciulla” que cerraba el acto. Ciertamente  nos enseñó una voz con notas en la tesitura alta muy brillantes y seguras y no dudó en acudir a ellas cada vez que tenía la posibilidad, aunque a decir verdad, también nos sonó altisonante  y nos parecía que cantaba enfadado. Recordamos su actuación en la Quincena de San Sebastian en una Tosca en la que admiramos su precioso color de tenor lírico-spinto.  En el terceto que compone la buhardilla parisina, mencionemos en primer lugar al barítono Artur Rucinski, a quien recordamos en una Traviata  de años atrás. Su voz no es igual a la de entonces, pero mantiene el color de una voz grata y un canto con gusto. Nos gustó la soprano Jessica Nuccio encarnando el rol de Musetta pues en su famoso vals aportó no solo bello timbre, sino gracia canora y moderación gestual. El bajo Krysztoff Czyk nos deparó un aria “Vecchia Zimarra” cantada con corrección, tal vez falto de una pizca de brillo en las notas altas. Tanto David Menendez como Fernando Latorre colaboraron con su saber y veteranía en la animación de la buhardilla, un comienzo de acto este, siempre tan complicado pues requiere mucha naturalidad en la acción. El coro de la Opera de Bilbao, estuvo solvente como siempre y una sincera felicitación al maestro Pedro Haffter por su dirección sin mácula, siempre atento con la escena y muy claro con los maestros de la Sinfónica de Euskadi. Un estreno de temporada de nivel.

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Acerca de nino dentici

Nino Dentici es el crítico musical del diario “El Correo”. Especialista en canto, lleva más de treinta años ejerciendo como conferenciante, escritor y miembro de jurado en Concursos Nacionales e Internacionales de canto. Desde muy temprana edad desarrolló una extraordinaria afición a la lírica dedicándose de lleno a este apasionante arte. Ver todas las entradas de nino dentici

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