Recital de Canto. Solitas: Miren Urbieta (S); Ainhoa Zubillaga (M); Rubén Fernández Aguirre (Piano). Obras de Fauré, Chausson y Saint Saens. Teatro Arriaga 16-IV-18.
En principio, habría que resaltar el programa ofrecido en el concierto, pues no sólo su confección dio muestras de un conocimiento musical profundo del romanticismo francés, sino que, con dicho programa se adentró en el arte delicado y fino de un estilo de canto a caballo entre finales del XIX y principios del XX. Sin duda, una muestra de confianza interpretativa el hecho de abordar canciones tipo lieder que requieren una buena técnica vocal y una gran expresividad. Fueron canciones soñadoras, de lánguida melodía y palabra, en las que la voz se ha de situar correctamente para su emisión y poder frasear dejando que corra con control y elegancia. Dos artistas, una soprano y una mezzo, fueron las encargadas de deleitarnos. Ambas guipuzcoanas, la soprano, Miren Urbieta, de la que venimos diciendo desde hace tiempo que se está convirtiendo en la referencia oficial del canto femenino, mostró su arte mediante una voz de precioso colorido, una voz limpia y fácil. La mezzo, Ainhoa Zubillaga, también guipuzcoana, enseñó una voz provista de la calidez propia de su cuerda, del terciopelo de una voz de claroscuro color. Las dos alternaron en la lectura de los poemas cantados y así, mientras una se disponía a cantar, la otra leía la letra y daba sentido. El pianista Rubén Fernández Aguirre, también se convirtió en factótum y leyó puesto en pie los dúos que iban a cantar las dos intérpretes. Una vez sentado al teclado, el pianista vizcaíno acarició las teclas y con la misma delicadeza, un gesto con la cabeza servía para dirigir a dos cantantes que nos hicieron disfrutar de un concierto fino y delicado.
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