“Don Giovanni” de Mozart. Reparto: Christofer Maltman (b-bar); José Fardilha (bar); Nicole Cabell (s); Irina Lungu (s); Toby Spence (t); Miren Urbieta (s); Jose Manuel Diaz (bar); Daniel Giulianini (b). Coro Easo y Orquesta Sinfónica de Euskadi. Dirección MusicaL: Manuel Hernandez Silva. Quincena Donosti 13-VIII-16.
Inevitablemente el ingenio se agudiza cuando aprieta la precariedad. De ahí que la ópera Don Giovanni, anunciada como ópera en versión concierto, se presenciara con sumo agrado al dramatizarla y que el argumento de la acción se viera ubicada y desarrollada en un escenario especial superpuesto al que ocupaba la Sinfónica de Euskadi. Una magnífica idea que Salva Bolta pensó para mover a los cantantes y que la escena tuviera visos de teatrales.
Vocalmente la representación tuvo también un alto nivel cualitativo, destacando entre los solistas el Bajo-Barítono Christofer Maltman. Este Don Giovanni cantó con una voz poderosa tanto en la tesitura alta como en la baja y de ahí que se diga que se trata de un Bajo-Baritono, la voz más apropiada para cantar el papel. Una voz igual y de agradable color que supo combinar la ligereza del aria Finch é dal vino con la sosegada serenata y los momentos verdaderamente dramáticos. A su lado, el barítono portugués José Fardilha, quien mostró ser un cantante de voz recia y potente aunque tal vez habría que decir que a su personaje de Leporello y consiguientemente a la seriedad de su voz, le faltara cierta gracia o bufonería.
Las sopranos Irina Lungu y Nicole Cabell compitieron en buena lid y cada una de ellas solventó perfectamente sus respectivos escollos con buenas voces y buen arte. En un plano admirativo muy alto colocaríamos al tenor Toby Spence con sus dos arias cantadas con brillante y bello timbre de voz. En realidad fue la sorpresa de la función dada su elegancia en la línea de canto y la adecuación de la voz al personaje de Don Ottavio. La soprano Miren Urbieta se hace evidente que progresa de día en día y no desaprovechó la oportunidad de interpretar el rol de Zerlina que normalmente se suele adjudicar a una mezzo. Acompañada de un Masetto experimentado como el baritono Jose Manuel Diaz, lograron alcanzar también ambos ese alto peldaño conseguido por sus colegas de reparto en base a la potente voz de la soprano y a la compenetración con su personaje por parte del baritono vizcaino.
El maestro Manuel Hernandez Silva se ocupó de dirigir la excelente orquesta de Euskadi apostada como se ha dicho en el escenario, a la vista de todos, con gran autoridad y aprovechando el saber y la destreza de sus componentes.tan necesarias para que una ópera de Mozart tan larga y tan variada llegue a buen puerto. En fin, una ópera que no solo superó lo esperado, sino que incluso apuntaría a más de lo mismo como posible solución del apartado económico.
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