Mendi Mendiyan de J.M.Usandizaga. Reparto: Arantza Ezenarrp (s); Miguel Bortrallo (t); Olatz Saitua (s); J.Manuel Diaz (bar); Francisco Latorre (bar); Jesús García Aréjula (b); Coro Mixto Easo y Orquesta Sinfónica de Euskadi, Dirección Musical: Antoni Ros Marbá. Quincena Musical 22-VIII-15.
La ópera Mendi Mendiyan posee la virtud de que tras más de cien años de su estreno refleja la palpable actualidad. El libreto no hace sino relatar hechos que acompañan siempre a la conducta de los humanos y la música, tan rica y variada no deja de ser moderna en ningún momento. Los dos actos ponen en situación al espectador mediante recitativos cantados por parte de los solistas. En ambos actos, la experta mano del maestro Ros Marbá extrajo toda la esencia de una partitura colmada de cambios temáticos y rítmicos que la Sinfónica de Euskadi ejecutó con destreza reafirmando una vez más la calidad de sus instrumentistas. Destaquemos hasta aquí la bella melodía del relato del cuento interpretado por el barítono Latorre con una cuidada línea. Al comenzar el tercer acto fue cuando se apreció el bello color vocal y la buena técnica del tenor Miguel Borrallo quien ofreció muy bellamente cantada la famosa aria “Alare” sin atisbo de que solventaba un solo con gran dificultad en la zona alta. Se volvió a lucir en el dúo con la soprano Arantza Ezenarro, artista ésta que completó una gran labor. La personal técnica de la soprano guipuzcoana hace que la voz le suene metálica y asordinada, lo que le impedía un triunfo a la altura del tenor. Nos pareció muy bien la caracterización y la adecuación del color vocal al rol de adolescente cantado por la soprano Olatz Saitua y nos pareció muy bien la participación del barítono José Manuel Díaz superando las complicadas notas altas que su parte contenía con firmeza y gran seguridad. El bajo Jesús Aréjula completó el reparto en el que todos se distinguieron por el dominio del canto en euskera. El coro mixto Easo trasmitió con el “Korrika” y los pasacalles la naturaleza autóctona y popular queridos por Usandizaga, sin olvidarnos del exquisito y armonioso Ave Maria que nos ofrecieron.
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