“El Caserío” de J.Guridi. Reparto: Javier Franco (Bar); Ainhoa Arteta (s); Jose Luis Sola (t); Jorge Rodriguez (t); Loli Astoreka (actriz); Belen Elvira (actriz); Lander Iglesias (actor); Paco Revueltas (actor).Danzas Aukeran y Coro Rossini. Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección de escena: Pablo Viar. Dirección musical: Miguel Roa. Teatro Arriaga 21-VI-12
Encuadrada en una bella y práctica escenografía, centrada en un frontón multidisciplinar y con un movimiento en escena real y de atractiva estética, se ha repuesto con gran éxito la que desde hace tiempo es considerada modélica producción de “El Caserío”. La firma de Pablo Viar ordenando la acción con mucho detalle en todo momento y la de Daniel Blanco prestando un lugar de autóctono y real diseño, se unieron en absoluta compatibilidad artística para lograr esta hermosa producción. En el ámbito vocal, el barítono Javier Franco no fue capaz de hacernos olvidar otras voces que han cantado con anterioridad y aunque de bello color e igual, su voz careció de volumen y una pizca de intencionalidad. Algo que también se le echó de menos a la soprano Ainhoa Arteta, tal vez inhabituada al recitado de la zarzuela. Su canto fue generoso, tanto, que a veces pareció altisonante por su entrega vocal y convincente su actuación dramática. En este campo canoro el que destacó fue el tenor José Luis Sola, artista de buena técnica con la que su voz, todavía ligera, nos deparó un canto variado, delicado y muy fino. Ahí quedó como muestra su romanza cantada de manera maravillosa. El tenor cómico Jorge Rodriguez no aprovechó la oportunidad que proporciona un papel como el de Txomin tanto en su juego escénico junto con una minimizada Inosensia, como en el apartado vocal con una voz escasamente brillante. La labor del actor Lander Iglesias apenas tuvo relevancia debido a los cortes y aplaudimos al conjunto Aukeran cuyas féminas sorprendieron con la exhibición de alzar la pierna al igual que los hombres en gran alarde físico. Destaquemos finalmente la naturalidad y desinhibición de Loli Astoreka en el campo de unos actores-actrices que sufrieron importantes recortes en sus respectivos cantos y recitados. Finalmente añadir que valió con creces la buena lectura musical por parte de la Sinfónica de Bilbao bajo la batuta del maestro Miguel Roa en una zarzuela aligerada a marchas forzadas.
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