“Il Trovatore” de G.Verdi.Reparto: Ernesto Grisales (t); Maria Rodriguez (s); Ivan Fjiak (bar); Teatro de la Opera Nacional de Odessa. Dirección Musical: Igor Chernetsky. Teatro Campos.Bilbao 24-III-13
Han pasado muchos años desde que el tenor Ernesto Grisales compareció en Bilbao triunfador en el Concurso Internacional de canto. Algunos menos desde que cantara en el Coliseo o en el Arriaga cuando su voz fresca, aunque insegura, era brillante y valiente su actitud. En la actualidad le queda la valentía y la profesionalidad de cantar el rol de Manrico de “Il Trovatore” sin trampas en el transporte de la partitura. Pero lo que le honraba se volvió en enemigo y la nobleza de cantar a tono le deparó dos hermosos gallos que todavía andan sueltos por los Campos Elíseos Ambos Impactaron en el público por su evidencia, aunque no tanto en su colega la soprano española María Rodríguez inmersa en la inseguridad de su línea de canto y cuya falta de afinación había habituado a nuestros oídos a dar su canto como válido. Se salvó de la quema el barítono Ivan Fjiak, aunque a medias. En su haber apuntamos su buen metal, la extensión de su voz, con un registro alto sólido. En su debe, la falta de modulación y un cierto entubamiento vocal cuando cantaba en el registro central. El coro, nutrido con recias y maduras voces y vestidos de wikingos cumplió bien. La tónica del conjunto artístico se midió por quién de todos ellos gritaba más y claro, ganó la altisonante y terrorífica sonoridad de la orquesta. La mezzo Tatiana Spasakaia a la que únicamente le sonaban las notas altas con brillantez tampoco pudo hacer nada en el duro combate sonoro.
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