Recital de Canto. Solistas: Pretty Yende (S); Michele D´Elia (Piano). Obras sde Bellini, Donizetti, Rossini, Liszt. Palacio Eiskalduna 9-X-21.

Demos la bienvenida a los conciertos On Stage y Post On Stage, deseando su continuidad, para poder escuchar a nuevos artistas del canto, ya que los que nos visitan en la temporada, casi todos son viejos conocidos. En este nuevo recital, llamémosle post on Stage, nos visitó la soprano sudafricana Pretty Yende que lleva algún tiempo ya llamando a las puertas de la fama. Su voz clara, de limpio timbre sonó graciosa en la “Conocchia” de Donizetti. Luego,cambió radicalmente de estilo y nos ofreció la escena de la locura de Linda di Chamounix con una facilidad pasmosa en la emisión de la voz y una gran comodidad en el canto en alta tesitura. Siguió con hábil canto la larga aria del “Viaggio a Reims” en la que mostró la verdadera capacidad de su agilidad en la coloratura. A nuestro entender las siguientes canciones de Liszt no iban acordes a su timbre de voz y mientras el piano de Michele D´Elia se hacía notar con evidencia, a la soprano le faltaba un mayor peso vocal en el legato para una mayor gravedad y profundidad del recitado. En general el canto de la soprano Yende brilló por una precisa afinación y eso es meritorio al cantar sobre todo sin portamentos y además la voz no tuvo problemas en correr con facilidad, pero esas canciones de Liszt apagaron los ánimos del auditorio que estaba disfrutando con Donizetti y Bellini. Tras la interpretación de “La Meditation” de la ópera Thais impecable en la ejecución del maestro D´Elia, culminó el recital con la hermosa aria “Ah non credea mirarti” de La sonámbula de Bellini y la posterior cabaletta “Ah non giunge uman pensiero” que resultó un tanto académica. Cierto que su interpretación de esta aria de Bellini no tuvo mácula y las variaciones fueron originales, pero siendo una soprano lirico-ligera, no ofreció en todo el recital una nota sobreaguda (tan solo el DO) y el final de esta aria lo requería. En resumen, nos quedó esa duda de si le faltaba seguridad en alcanzar esas notas sobreagudas que son siempre llamativas en las sopranos ligeras o lírico-ligeras, aunque mostró un buen arsenal de artificios en la agilidad y una gran pureza de timbre en su voz.
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