Concierto “Ametsetan”. Solista: Miren Urbieta (S); Rubén Fernandez Aguirre (Piano). Obras de Felix Lavilla, Guridi, Sorozábal, Isasi etc. Teatro Arriaga 10-XII- 18.
A priori, se podía suponer que el programa dispuesto para que la soprano Miren Urbieta nos cantara, indicaba la intervención de Rubén Fernández Aguirre. Un programa, como el mismo pianista fue explicando al público, que le recordaba las enseñanzas que obtuvo de su maestro Felix Lavilla o la indicación de que el maestro Sorozábal armonizara algunos poemas del alemán Heinrich Heine. A su querencia en informar dirigiéndose al auditorio, se unió un excelente acompañamiento con su teclado. No en vano, el pianista vizcaíno es solicitado por muchas voces solistas, ya que primero se informa de la correctísima lectura de la partitura y luego hace gala de su saber en acompañar a una voz. Esa voz, en esta ocasión, fue la de la soprano Miren Urbieta, una artista que hace ya tiempo venimos diciendo que es el futuro inmediato de los intérpretes líricos de nuestros lares. La cantante guipuzcoana dominó por completo la voz, su intensidad, el canto spianato y la media voz y al exigirle volumen, esta adquiría unas dimensiones que van más allá de una soprano puramente lírica. Interpretó más de treinta piezas sin apenas descanso y sin ningún apoyo en papel, es decir, de memoria y seguidas. Cantó con generosidad, sin ninguna afección vocal, pues posee una voz de muy bello color natural y es igual en cualquier registro , de manera que su centro pesa y no hay ninguna nota vacía o ninguna oquedad. Cantó, sin divismo, incluso demasiado sobria y solamente cuando iba finalizando y se sentía a gusto, coronó su actuación siempre afinada, con la romanza del Manojo de Rosas, de Sorozábal con la justa entrega; concentración en la de la zarzuela Don Manolito y gran sentimiento en “Birgiña Maite” de Carlos Imaz. Disfrutamos en torno al arte de una gran voz.
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