Las Bodas de Figaro de W.A.Mozart. Reparto: Katerina Tretyakova (S)( Carmela Remigio (S); Clara Mouriz (M);; Simon Orfila (B); Lucas Meachen (Bar); Marina Rodrihuez Cusi (M); Valeriano Lanchas (B); Juan Antonio Sanabria (T). Coro Mixto Easo. Orquesta Sinfónica de Euskadi. Dirección de Escena ; Giorgio Ferrara. Dirección Musical: Ye Chen Lin. San Sebastian 13-VIII-17.

La soprano Katerina Tretyakova se convirtió en una agradable sorpresa en el entorno de una representación sencilla en la escena y si bien equilibrada, es decir sin altibajos, carente de un nivel interesante en el aspecto vocal. Ella fue la que iluminó la escena con su elegante línea de canto y su musicalidad. No hay mas que recordar su última aria «Deh vieni non tardar» en la que mostró una exquisita afinación, un gran gusto e inflexiones vocales que enriquecieron el aria. La soprano rusa cantó además con una voz de muy agradable timbre con lo que su participación resultó muy meritoria. En cambio, su compañera la también soprano Carmela Remigio no alcanzó la gloria de la anterior simplemente porque su voz no era de tanta calidad ni belleza cromática. El menorquin Simón Orfila lleva ya temporadas cantando roles de barítono alejándose de los de bajo. No llega a ser un barítono-Bajo para cantar adecuadamente este tipo de papeles y aunque es un gran profesional , el papel de Figaro nos pareció un tanto más grave de lo acostumbrado y por ello de un mayor peso en contra de la ligereza que a veces requiere el rol. Gustó el barítono LucasMeaschen, muy bien en reflejar su condición aristocrática y bien también en su parte cantada. Enseñó una voz atenorada, con fácil acceso a la parte alta del pentagrama y teatralmente cumplió perfectamente con su personaje.A la mezzo Clara Mouriz nos dió la impresión que le faltaba algo más de color andrógo a su voz, aunque a decir verdad, sus dos arias son tan bellas que no se pueden escuchar con indiferencia. El bajo Valeriano Lanchas y la mezzo Rodriguez Cusí intervinieron con acierto en sus respectivos cometidos y la ópera transcurrió sin quiebros, pues no en vano en el foso se apostó la Sinfónica de Euskadi con la novedad en la dirección de la taiwanesa Ye Chen Lin.
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