Musika-Musica. Obertura y Suite de La casa de los Muertos de Janacek y Canciones de un Caminante de Mahler. Solista: Hermine Hasselbock (M). Orquesta Janacek Philarmonia de Ostrava. Director: Heiko Forster. Bilbao 4-III-17.

Que la orquesta checa conocía muy bien la obra de Janacek, resultó evidente. La música de la obertura de la última ópera que compuso, no solo es muy elaborada, sino que se palpa en ella un aroma expresionista en su variedad temática. Una serie de pinceladas de diferentes colores se mezclan en su cromatismo y distintas melodías que parecen encaminarse con continuidad, cesan de repente y la orquesta emprende otro nuevo motivo y así sucesivamente. Todo ello, sin duda, dificulta la labor del director quien ha de estar siempre atento a los constantes cambios. Eso es lo que enseñó el maestro Heiko Forster al mando de la Philarmonia de Ostrava, atención y mando. La segunda parte del programa incluía las cuatro canciones para un caminante de Gustav Mahler. Escritas en su juventud, sus respectivas músicas las fundirá con el tiempo con las de algunas de sus sinfonías. Por el momento describirán su desilusión amorosa con la cantante Johanna Richter. Las compuso para voz grave y de ahí que tengamos la referencia del barítono Dietrich Fisher Dieskau como ideal interpretativo. Una voz de mezzo real también hubiera servido, pero Hermine Hasselbock, es una gran cantante, pero no es una mezzo de cálido color andrógino. La situaríamos como una soprano Falcon o una mezzo con su centro de gravedad vocal tendente hacia la soprano, es decir, una voz a caballo entre mezzo lírica y soprano corta. Eso sí, las interpretaciones que ofreció de cada una de ellas gozaron de un fraseo impoluto, una claridad diáfana y el sentimiento requerido para abordar lieder. Un detalle a tenor en cuenta es que hubo cambio en su interpretación, ya que terminó evocando con gran dulzura y sentimiento a flor de piel “Los Ojos azules de mi Amor” y no con la que el programa indicaba en ese último lugar.
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