TE DEUM de H.Berlioz. Solista :Christian Elsner (T): Thomas Ospital (Org); Orfeón Donostiarra; Orfeón Pamplonés; Eskolanía Easo y Araoz Abesbatza. Orquesta Sinfónica de Euskadi y Orquesta Sinfónica de Bilbao. Dirección Musical: Victor Pablo Perez. Quincena Donosti 30-VIII-16.
Terminó la Quincena Musical a modo de una traca estruendosa con la que suelen acabar los fuegos artificiales festivos. La megalomanía de Berlioz al requerir dos grandes orquestas y tres o más coros para la interpretación de su Te Deum, confiere a la obra una gran monumentalidad.
Presenciar en un escenario doscientos ochenta y ocho voces y más de ciento treinta músicos, impresiona y naturalmente crea expectativas. Sin embargo, cuando el sonido de las dos orquestas queda solapado ante el poderío vocal de los coros mayores y cuando las voces más tiernas de los niños apenas se percibe, a esa monumentalidad evidentemente le falta elegancia o una mayor discreción en la línea de canto. Tan solo en la intervención del tenor en su rogativo solo, “Dignare”, Berlioz aplaca su fuerza musical para dejar en boca del tenor Christian Elsner el único momento de canto piano junto con el posterior pianísimo coral. Un tenor por cierto, cuya emisión gutural le limitaba el acceso a la zona media alta del pentagrama y aunque evidenciaba cierto squillo, su color se afeaba por dicha emisión.
Con el simple y limpio punteo del órgano tecleado por Thomas Ospìtal, el protagonismo recayó en los coros, que como decimos no dejaron apreciar ni matices ni inflexiones pues la fuerza y el volumen imperaban también en las órdenes del maestro Victor Pablo Pérez.
La interpretación del Aita Guría de Madina gustó porque el coro sintió la hondura de la melodía y lo demostró con un canto delicado y susurrante y no tanto por la voz blanca del niño encargado de los solos. No lo decimos por el niño cantor, que lo hizo muy bien, sino porque un rezo se hace más profundo y grave en boca de otra voz más madura.
Finalmente hay que subrayar que gustó mucho el Gernika de Pablo Sorozábal cuya música a modo de marcha estuvo muy bien cantada y cuya patriótica y un tanto agresiva letra de Nemesio Gimenez levantó más de un ánimo antes de que todos nos pusiéramos en pie con el Agur Jaunak
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