Cavalleria Rusticana de Mascagni e I Pagliacci de Leoncavallo. Solistas:Daniella Barcellona (m); Gregory Kunde (t); Inva Mula (s); Luca Grassi (bar);Nuria Lorenzo (m); Jose Manuel Zapata (t); Annie Vayrille (m); Manel Esteve (bar). Coro de la Opera de Bilbao. Orquesta Singfónica de Navarra. Director de Escena ; Joan Anton Rechi. Director Musical: Alessandro Vitiello. Palacio Euskalduna Bilbao 25-IV-2015.
Ambas son óperas veristas populares, la primera basada en una novela de Giovanni Verga, el máximo exponente del verismo literario, es decir de la pasión, del desamor y de la venganza. El libreto de la segunda fue el propio Leoncavallo quien lo escribió y transmitió la fuerza trágica de los celos. De ahí que en la representación de ambas, se tenga que tener en cuenta el aspecto teatral del intérprete y su capacidad de transmitirlo. En la plaza del pueblo siciliano en la nueva producción de la ABAO, el director de escena andorrano Joan Rechi sacó un enorme provecho de las capacidades histriónicas de Gregory Kunda y Daniella Barcellona y más tarde de Inva Mula cuando encarnó a Nedda en la segunda ópera. Además y como ya se sabe, cuando en la dirección orquestal se ubica una batuta que conoce bien la obra y la dirige con claridad y la vez con fuerza, como llegó a hacer el maestro Alessandro Vitellio, el resultado siempre es muy satisfactorio.
Cavalleria Rusrticana: Desde el inicio se vislumbró que iba a resultar de gran calidad. No en vano la siciliana que cantó entre bastidores el tenor Kunda despejó las primera dudas y axcto seguido el Coro de la Opera de Bilbao, tanto su sección femenina por la finura como la masculina por brillantez, facturaron escenas de auténtico lujo coral. En esta obra se erigió como reina la mezzo Daniela Barcellona, otrora magnífica cantante rosiniana de coloratura y hoy día enfrascada en el verismo gracias a su voz potente y extensa que abarca la amplitud propia de una soprano dramática. La actuación de Gregory Kunda como Turiddu quedó un tanto fría porque no ofreció el agudo en un brindis maravillosamente cantado, lo que frenó el entusiasmo general. Sin embargo el canto a la mamma resultó de gran ternura y muy creíble. Sobre el baritono Luca Grassi diremos que le habíamos escuchado en Mozart y claro no es lo mismo cantar a Mozart que una ópera verista, por lo que su línea de canto quedó solapada por su escaso volumen vocal y sobre todo la lejanía teatral que reflejó con su personaje. Las nezzos Annie Vavrille que hizo de Lucia y Nuria Lorenzo que hizo de Lola fueron dos excelentes segundas partes.
I Pagliacci: Con la excelente idea de utilizar el mismo pueblo siciliano para la visita de la compañía de comedias y tras un prólogo de Luca Grassi bien cantado, volvió a señorear el coro bilbaíno pletórico vocalmente y con soltura y gran naturalidad en escena. En esta ocasión el rey de la obra y además un rey que perdurará en la memoria de la afición fue Gragory Kunde. Si su aria “Recitar mentre presso dal delirio”, enharinándose la cara, marcará un hito en Bilbao, no quedó atrás su entregado y violento “Non pagliaccio non son” cantado con la fuerza abrumadora y la pasión descomunal de un insigne artista-cantante. La soprano Inva Mula no tuvo más remedio que contagiarse y de esta forma ofrecer una Nedda de muchos kilates.El tenor Jose Manuel Zapata cantó su aria con delicadeza y el barítono Manel Esteve aprovechó la ocasión que se le brindaba cantando con solvencia y dando réplica a la soprano en su bello dúo. Una gran noche de ópera
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