“Babi Yar” de D.Shostakovich. Solista: Mikjail Petrenko. Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinsky y Coro Easo. Dirección : Valery Gergiev.Quincena de San Sebastian 4-VIIIII-13
Nino Dentici
Tras la emoción producida por el pianista catalán Ignasi Cambra, el joven invidente que acariciaba las teclas y digitaba con total pulcritud las notas de Mozart, llegó la ejecución de la obra “Babi Yar” de Shostakovich. En una especie de saga de música coral rusa en la que se ha venido escuchando con anterioridad “Alexander e “Ivan el Terrible”, el alma rusa volvió a reflejarse triste y grave en esta cantata a modo de relato y protesta. El solista encargado del relato textual fue el bajo Petrenko, un artista de considerable extensión vocal, si bien no muy poderosa. Cantó con bello color de voz y cumplió con la exigente partitura que le corresponde, reforzado unas veces y en otras ocasiones acompañado por las recias voces del Coro Easo con su única sección de voces masculinas. Es lo que pide la cantata, lo que pide la gravedad de su texto, con la constante actuación de los fagots, las tubas y la variada percusión, es decir, lo que en definitiva solicita la seria protesta. El maestro Valey Gergiev condujo con maestría su orquesta, extrajo de Shostakovich las entrañas rusas con un relato de diferentes tempi, de una perfecta acoplación de la percusión a esa música y de amargo sabor y oscuro color. Tan solo llegó un poco de aire fresco y ligereza en la música al nombrar a Anna Franck, al tratar sobre el talento de Galileo Galiei en alabatorio allegretto en contraposición al adagio y al Largo que describieron la delación, el antisemitismo o el abuso de poder.
Deja una respuesta