UNA GRAN ORQUESTA

Quincena Donostiarra. Opera en versión Concierto «El Castillo de Barbazul»de Bela Bartok. Solistas: Rinat Shaham (M); Mikhail Petrenko (B). Obras de Maurice Ravel,Pablo Sorozabal
Andra Mari Abesbatza y Orquesta Sinfónica de Euskadi. Dirección Musivcal :Robert Treviño. Kursaal.San Sebastian 24-VIII-19
                                            Orquesta Sinfónica de Euskadi / Coro Andra Mari
Tan solo un atisbo de confusión al inicio, porque el programa de mano indicaba que iba a ser Ravel quien abriera el concierto. No hubo más problemas ya que las canciones populares con aire de pasacalle como Kathalin, la más el elegíaca como Kun Kun o la Sorgin Dantza del akelarre sin confusión  llevaban el sello musical nacionalista de Sorozabal y no el aire impresionista de Ravel que vendría a continuación.Fue en esta primera parte donde intervino la Coral Andra Mari Abesbatza de Rentería, ya que en  la segunda parte el concierto se centraría en la ópera de Bela Bartok. Desde la primera lectura realizada por el bajo Mikhail Petrenko, pudimos adivinar el terciopelo de su voz. Cantó de manera recia, algo estático e impertérrito, pero con el color vocal adecuado para un rol misterioso y una partitura que exige reciedumbre. Controló bien la intensidad y al final, al desvelar el misterio de las esposas se introdujo en el cromatismo y la riqueza de la obra. La voz de la mezzo Rinat Shaham no nos pareció voluminosa pero sí expresiva. Cantó con mucha intención y su voz de color oscuro y ademanes teatrales nos sirvió para imaginar el desarrollo del argumento. Suplió a veces esa falta de volumen frente a la grandiosa orquesta con gestos acordes a lo cantado. Una encomiable labor la de la mezzo. Por otro lado, la lectura que propició con nitidez la Sinfónica de Euskadi, se debió en primer lugar a la labor cuidadosa a base de silencios y paréntesis musicales efectistas ordenadas por el maestro Treviño. La orquesta describió perfectamente las situaciones que se van creando, el enigma de las puertas cerradas y a falta de escena, nos tradujo con claridad el significado de la historia.Tras la cuarta puerta con intervención directa del corno y la melodía que entraña la descripción del jardin, la obra adquirió la fuerza y el brillante color que le otorgan las trompas, trompetas y la percusión en general, en una última parte fulgurante, cortante y trepidante que Roberet Treviño supo magnificar. A continuación vendría la calma musical, tras la entrega y sumisión primeras de Judith, la consecuencia prevista, ella va muriendo con la música entre neblinas.
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Acerca de nino dentici

Nino Dentici es el crítico musical del diario “El Correo”. Especialista en canto, lleva más de treinta años ejerciendo como conferenciante, escritor y miembro de jurado en Concursos Nacionales e Internacionales de canto. Desde muy temprana edad desarrolló una extraordinaria afición a la lírica dedicándose de lleno a este apasionante arte. Ver todas las entradas de nino dentici

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