Recital de Canto. Solista Diulce Pontes. Teatro Arriaga 4-III-15
Polifacética showomen, a veces mística y sofisticada y otras veces popular, la cantante Dulce Pontes desde el principio se adueñó de la escena y desde el inicio atrajo la atención del respetable. Anti gótica, con un toque rebelde en su blanco vestuario, con una larga cabellera que le cubría la espalda y descalza, recorrió un programa muy variado y personal. Se trata de una artista que no creemos que llegue a formar escuela con su canto porque es muy particular y expresa con un ritmo y un tempo muy individuales lo que siente y quiere casi de manera anarquica. Su musicalidad y una voz absolutamente dominada le permitieron improvisar su canto y su hermosa voz regaló sucesivamente bellos filados, una delicada media voz y unos agudos plenos. Pero claro, la artista portuguesa compareció con micrófono y ya se sabe que este artilugio duplica o triplica la potencia y volumen vocal, con lo que suponemos que habría algunos en la sala que se sintieran molestos con el excesivo sonido y por ello decepcionados. A nuestro juicio, si llega a cantar a viva y natural voz, el triunfo hubiera sido incontestable. Además añadiríamos que no le hace falta ningún amplificador para potenciar su voz tan igual, tan fácil y provista de buena técnica que entre otras cosas le proporcionaba un amplio fiato. Su capacidad de comunicación y un público rendido y puesto en pie, tributó una cerrada y larga ovación final a una artista convertida en embajadora de su país.
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